En 1902 totalmente solo, con 14 años de edad, sin hablar español y procedente de Líbano llegó a México Julián Slim Haddad, padre de Carlos Slim Helú huyendo del yugo del imperio otomano, que en aquel entonces obligaba a los jóvenes a incorporarse a su ejército, por lo cual las madres exiliaban a sus hijos antes de que cumplieran los quince años.
El mexicano Carlos Slim sigue utilizando el mismo Mercedes Benz que tiene desde hace años y no es hombre que haga ostentación de yates y aviones privados, pero la colosal fortuna del magnate de las telecomunicaciones se mantuvo en el 2010 como la más grande del mundo.
Suficiente ha ahorrado como para que en enero, el Ing. Slim haya anunciado inversiones de Grupo Carso en México por un monto de 44,650 millones de pesos, durante 2011.
La revista Forbes mantuvo a Slim -el dueño de América Móvil, la mayor telefónica móvil de Latinoamérica- en el primer lugar de su lista de los hombres más ricos del mundo, por segundo año consecutivo.
No sólo eso, sino que su fortuna -estimada en 74,000 millones de dólares- casi duplica el Producto Interno Bruto (PIB) que espera para este año el Líbano, el país desde donde su padre, Julián Slim, emigró a México hace más de un siglo.
Carlos Slim Helú es el quinto de seis hermanos y desde pequeño se le vio el gusto por los negocios. A los siete años ya le vendía dulces y refrescos a sus familiares, y registraba sus ingresos y sus gastos en una libreta regalo de su papá, un comerciante que hizo fortuna durante la Revolución Mexicana.
Ahora, a sus 71 años, "El Ingeniero" lidera un imperio que abarca desde América Móvil hasta cadenas minoristas, pasando por constructoras, minas, bancos y hoteles, y cuyos intereses se extienden hasta el venerable diario estadounidense The New York Times y las tiendas de lujo Saks.
A principios de marzo, el amante de la artes también inauguró en Ciudad de México -su tierra natal- un gigantesco museo en honor de su fallecida esposa Soumaya, en donde expondrá, entre otras piezas, su colección de esculturas del maestro Auguste Rodin, la mayor fuera de Francia.
Allí lo acompañaron amigos como el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y el famoso presentador de noticias estadounidense Larry King, entre otros.
Slim sigue compartiendo el "podio" de la lista de Forbes con el fundador de Microsoft, Bill Gates, y el propietario del fondo de inversión Berkshire Hathaway, Warren Buffett, segundo y tercero hombres más ricos del mundo, respectivamente.
Pero en el pasado ha dicho que su posición en ese tipo de listas le tiene sin cuidado.
"La riqueza es como un huerto", dijo Slim a Reuters en el 2007. "El huerto lo que hay que hacer es que crezca, que se vuelva a invertir, que se haga más grande o que se diversifique con otras cosas", agregó.
Además, su particular sentido del humor le llevó a regalar ropas para su imagen en un museo de cera de Ciudad de México, que comparte sala con la del presidente estadounidense Barack Obama.
IMPERIO CRECIENTE
Slim era un poco conocido operador de bolsa e inversionista hasta que hace 20 años compró a Telmex, el monopolio de telefonía estatal, en una controversial privatización en la que el Gobierno de Carlos Salinas fue acusado de favorecerlo.
En poco tiempo transformó a la empresa que daba pérdidas en una máquina de generar efectivo que actualmente opera más del 80 por ciento de los teléfonos fijos de México.
Con el nuevo milenio, separó las operaciones de telefonía celular de Telmex y fundó América Móvil, que es hoy la joya de la corona de su imperio empresarial con unos 225 millones de usuarios de celulares en 18 países de América y el Caribe.
Algunos analistas dicen que es casi imposible pasar un día en México sin dejar dinero en los bolsillos del empresario.
Además del negocio de las telecomunicaciones, Slim es propietario del banco Inbursa, el segundo mayor banco del país en manos de inversionistas nacionales, Grupo Carso, que agrupa a empresas minoristas como la cadena Sanborns y las tiendas por departamentos Sears.
Recientemente escindió de Grupo Carso a sus operaciones de minería e inmobiliaria.
Y aunque sus críticos se quejan sobre la dominancia de sus empresas de telecomunicaciones -actualmente está en medio de una creciente pelea con competidoras más chicas- el magnate suele responder que sus empresas son más grandes simplemente porque invierte más dinero que los demás.
Desde hace varios años el empresario ha dejado en manos de sus hijos varones el día a día de sus empresas. Pero cuando es hora de anunciar grandes inversiones -como los 3,660 millones de dólares que prevé invertir este año en México- sigue siendo el patriarca el que encabeza las conferencias.
Por otra parte, también se ha dedicado a lanzar fundaciones en apoyo de la salud, el desarrollo tecnológico y el deporte. Se le conoce por ser un aficionado al boxeo y al béisbol.
Cronologia: Carlos Slim Helu